diumenge, 17 de març del 2013

Las pensiones del futuro serán inferiores y más tardías.

Acaba de reformarse la jubilación anticipada, ya llevan años modificando las condiciones de acceso a las pensiones públicas y se esperan más cambios inminentes. Cada vez nos jubilaremos más tarde, cada vez hará falta más años cotizados, cada vez se calculará la pensión teniendo en cuenta las cotizaciones de más años, conclusión cada vez las pensiones serán más bajas. Para garantizar el sistema público de pensiones no sólo se debe reducir gasto, también habría que contemplar el aumento de ingresos. La tendencia nos lleva a que quienes hayan podido amasar un plan privado de pensiones partirán con ventaja a la hora de jubilarse. Todo esto como norma general. 

DESCRIPCIÓN 

El sistema público de pensiones de nuestro país es de Reparto,todas las cotizaciones los trabajadores de hoy sirven para pagar las pensiones de hoy. En otros países es de Capitalización, lo que uno aporta se gestiona para pagarte la pensión el día de mañana. 

GASTO

El coste de las pensiones siempre es cuantioso. Con más de 9 millones de pensiones España dedica más de un 10% del PIB a su pago mientras que la media europea es del 11,3. Al estado le supone más de 100,000 M € al año. Casi 5,5 M son pensiones de Jubilación, le siguen las de Incapacidad, viudedad y orfandad como grandes grupos. Hay menos de 2 trabajadores por cada pensionista. Súmese el progresivo envejecimiento de la población y tendremos gran parte de los elementos de la ecuación sobre pensiones. 
INGRESOS 

La situación es compleja pero una de las claves de la viabilidad del sistema público de pensiones pasa por aumentar los ingresos para sostenerlas. Por ejemplo el número de trabajadores cotizando y que sus cotizaciones sean al menos similares a las actuales. Las aportaciones de las cotizaciones de los inmigrantes "legalizados" en los últimos años, dado el sistema de reparto, ha supuesto un beneficio para el pago de nuestras pensiones y es dudoso que les pueda revertir en el futuro si han regresado a su país y no existe convenio de seguridad social. Los “minijobs” traen “mini cotizaciones” que no aportan las partidas necesarias. La precariedad laboral no ayuda en esta línea. El trabajo “en negro” fuera del sistema de cotización tampoco ayuda. Se pretende dejar fuera de los aumentos de cotización a la parte empresarial argumentando que hay que abaratar los costes laborales. O sea, minoran el coste a costa de la parte trabajadora pero difícilmente podremos competir con China o países emergentes en costes laborales. 

GASTOS 

La pensiones contributivas se financian con los presupuestos de la Seguridad Social y su Fondo de reserva; la otra clave de la sostenibilidad del sistema es la reducción del gasto. La tendencia a favorecer los planes privados de pensiones con importantes desgravaciones favorecen a quienes tienen mayor capacidad económica pero luego éstos también se benefician como el resto pensionistas o jubilados de las “ventajas” o “exenciones” que existen por el mero hecho de ser pensionista, medicamentos, transporte, viajes vacacionales, cultura, etc. Pero si su capacidad adquisitiva resulta superior a la media de pensiones e incluso salarios de los trabajadores (quienes pagan sin exención estos servicios) ¿No habría que replantearse las condiciones de acceso de los pensionistas a los beneficios en función de la verdadera capacidad adquisitiva? ¿No ayudaría este criterio a disminuir el gasto derivado? La pensión media en España es de 970 € en jubilación y 850 € teniendo en cuenta el resto de pensiones (incapacidad, viudedad, orfandad...). 

CONCLUSIÓN 

Al final, como siempre, es la ideología la que marca las tendencias en las evoluciones de las leyes. La reforma de las pensiones puede ser planificada desde diferentes prismas, no sólo desde la reducción de su coste de manera insensible a los menos favorecidos. La exclusión social de pensionistas futuros supondrá un problema importante a nuestra sociedad futura. 

Vemos cada día que la “excusa de la crisis” -que no han provocado ni trabajadores ni pensionistas, sino el insaciable sistema financiero neoliberal- lleva a que el miedo a perder el empleo facilite la pérdida de condiciones laborales y de convenios y disminuya significativamente los salarios y también las cotizaciones. 

Con un gobierno ideológicamente favorecedor de los intereses privados que no tiene reparos en salvar la banca transformando su deuda privada en pública (comunistas para las pérdidas) y regular su sector laboral a base de prejubilaciones a cargo del estado (capitalistas en el beneficio) el camino por el que se nos llevará supondrá un mayor deterioro de las pensiones y sus condiciones de acceso a quienes menos tienen que a los que tienen más

Bienvenidos a la política.

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